Las personas con una actitud negativa hacia la salud y la seguridad en el trabajo a menudo se vuelven descuidadas, lo que significa que corren un mayor riesgo de sufrir un accidente. Como profesionales de la salud y la seguridad, las actitudes negativas son un problema grave con el que debe lidiar.
Las regulaciones de seguridad y salud a veces se consideran una molestia para la producción o la productividad. Los empleadores pueden no ver los beneficios de una mayor seguridad y los trabajadores pueden sentir que es una carga de trabajo extra. Sin embargo, esta visión negativa tiene enormes efectos en las empresas. Cortar esquinas, la resistencia a las nuevas políticas y el comportamiento peligroso en el lugar de trabajo pueden provocar accidentes, lo que lleva a un aumento de los costos.
No es fácil cambiar una actitud negativa hacia la seguridad y es un proceso largo. Sin embargo, los impactos de una cultura de seguridad positiva valen la pena. A medida que los empleados se sienten más valorados (y seguros), la productividad y la calidad del trabajo aumentan y, por lo tanto, se puede observar un aumento en la rentabilidad. Además, es menos probable que los empleados abandonen la empresa. Entonces, invertir en seguridad significa invertir en una empresa.
Cambiando actitudes
Como se dijo antes de cambiar la negatividad toma tiempo y dedicación. Un primer paso crítico es crear claridad, mostrar a cada trabajador qué impacto tienen en el logro de la seguridad. De esta manera, pueden entender cómo cada tarea, reunión, política y proyecto es importante para la organización en su conjunto.
Una forma de lograr esto es educar a los empleados e incorporar ejemplos reales de accidentes y sus consecuencias. Al hacer esto, la razón de las medidas de seguridad se vuelve tangible. La educación sobre los riesgos también ayuda a prevenir la complacencia, ya que los trabajadores vuelven a ser conscientes de los riesgos de caídas que enfrentan mientras trabajan.
Predicar con el ejemplo
El compromiso de la gerencia es muy importante para cambiar las actitudes negativas. Cuando la alta gerencia demuestra que la seguridad es importante para ellos, por ejemplo, participando en capacitación en seguridad, muestra a los trabajadores que su salud y seguridad son importantes para su empleador.
La gerencia también debe escuchar más de cerca las preocupaciones de los empleados sobre la salud y la seguridad. Consulte con los empleados sobre su trabajo y las presiones que enfrentan. Si los gerentes y supervisores actúan de acuerdo con las señales que reciben de los empleados, lo más probable es que reflejen positivamente. Después de todo, la gente quiere sentirse escuchada.
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